miércoles, 24 de marzo de 2010


Alguien me dijo que en mi pueblo todo el mundo tenía que ir directito al cielo. La verdad es que no sé si lo decía porque para aprenderse el nombre necesitas un buen rato o por todos los santos que tiene... pero quizás tenga razón. Cuando vas caminando por él... al fondo a la derecha no está el cuarto de baño como en todos los bares, lo que hay es una escalera larga como la que decían en la bamba… (“para subir al cielo se necesita una escalera larga”).

Después de subir taitantos escalones, al estilo Lina Morgan, esperas encontrarte con San Pedro y su manojo de llaves. Yo había comprado un llavero del Big Ben en Londres para regalárselo, pero cual fue mi sorpresa que me encontré a una persona que no tenía ni idea quien era… Me dijo que se llamaba Manuel Guisande... ¿Dónde estaba San Pedro? ¿Hubo un relevo y yo sin enterarme?

Manuel comenzó a contarme historias de una aldea pequeñita (ou ou o). Tras un rato hablando me enteré que su mujer es una sioux, con esa misma cara de asombro me quede yo, pero como hay una peña en mi pueblo que se llama así no le di demasiada importancia. Así que supuse que habría subido a llevar algo a San Pedro y se encontró con Manuel.

También me contó cuando se le ocurrió que le gustaría tener una calle, pero al final desechó la idea… Y su plan de montar un negocio en su aldea no tiene desperdicio. Deberíais ir al fondo a la derecha y que él mismo os lo cuento.

Después de escribir todo esto me he dado cuenta de una cosa… la escalera no lleva al cielo. Va subiendo poco a poco hasta llegar a Galicia porque es allí donde podemos escuchar su voz (bueno... más bien imaginarlas).

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